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NACIONALES
11 de abril de 2023
El índice de precios global de los alimentos que releva la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) arrojó en marzo una caída de 2,1 por ciento y acumula en los últimos doce meses un retroceso de 20,5 por ciento.
Desde el máximo alcanzado en marzo del año pasado, los precios de las materias primas alimenticias arrojaron un importante retroceso, impulsado principalmente por cereales, aceites vegetales y productos lácteos, mientras que aumentaron, sin llegar a compensar la baja de los anteriores, en los valores de la azúcar y la carne.
En la Argentina, según el INDEC, hasta febrero del año pasado los precios mayoristas de los productos agropecuarios, un relevamiento que se acerca más fielmente al resultado de la FAO, evidenciaron un alza de 97,1 por ciento. Esta medición permite despojar de otros conceptos que contemplan los precios minoristas manufacturados en el caso de alimentos y bebidas, donde la suba interanual de febrero asciende al 102,5 por ciento. Esta alza, justificada por una escalada internacional productos de la pandemia, primero, y de la guerra, después, pierde con los meses sustento.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos ponderado con arreglo a las cuotas medias de exportación. En el caso de la Argentina, con un alto perfil exportador en materia de alimentos, es una medida a tener en cuenta.
El informe de la FAO destaca que el índice de precios de los cereales registró en marzo una baja de 5,6 por ciento respecto de febrero y un 18,6 por ciento por debajo del nivel de hace un año. “El descenso de este mes refleja una caída de los precios internacionales de todos los cereales principales. Los precios internacionales del trigo fueron los que más cayeron, un 7,1 por ciento, como consecuencia de la abundante oferta mundial y la fuerte competencia entre exportadores”, destaca el organismo.
Los precios mundiales del maíz también registraron una caída en marzo, del 4,6 por ciento, ante la presión ejercida por la disponibilidad estacional debida a las cosechas en América del Sur, las expectativas de una producción sin precedentes en el Brasil y la prórroga de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro. En lo que respecta a otros cereales secundarios, los precios mundiales de la cebada y el sorgo disminuyeron 6,7 y 5,7 por ciento, respectivamente, influenciados por el efecto indirecto de la debilidad de los mercados del trigo y del maíz.
Los precios internacionales del arroz bajaron 3,2 por ciento en marzo, depreciados por las cosechas en curso o inminentes en los principales países exportadores, como la India, Tailandia y Viet Nam.
En caso de los aceites vegetales, el relevamiento de la FAO arroja una baja de 3 por ciento en marzo, ubicándose un 47,7 por ciento por debajo del nivel de hace un año. En la Argentina, los precios de aceites, grasas y mantecas aumentaron hasta febrero entre 110 y 138 por ciento interanual según región del país.
En el mundo, explica la FAO, el descenso del índice de aceites vegetales se debió totalmente a la bajada de las cotizaciones de los aceites de soja, de colza y de girasol, que contrarrestó con creces la subida de los precios mundiales del aceite de palma. Tras caer durante tres meses consecutivos, los precios internacionales del aceite de palma repuntaron en marzo.
En índice de precios de los productos lácteos registró en marzo una leve baja de 0,8 por ciento respecto de febrero previo y acumula un descenso de 10,7 por ciento interanual. El descenso de marzo obedeció a la bajada de las cotizaciones del queso y la leche en polvo, mientras que subieron los precios de la manteca.
La disminución de las cotizaciones internacionales del queso se debió a la ralentización de las compras por parte de la mayoría de los principales países importadores de Asia en un contexto de aumento de las disponibilidades exportables, también de las existencias, en los principales países oferentes.
Los precios de la carne tuvieron un ligero incremento, de 0,8 por ciento, aunque mantiene en el cotejo interanual un descenso de 5,3 por ciento.
“En marzo aumentaron las cotizaciones de la carne de bovino bajo la influencia del alza de los precios internos en los Estados Unidos de América, donde se prevé que la oferta de ganado sea más baja en los próximos meses. Los precios de la carne de cerdo aumentaron ligeramente, sobre todo debido a la subida de los precios en Europa por las persistentes limitaciones de la oferta y el aumento de la demanda antes de Semana Santa”, señaló la FAO.
Por el contrario, los valores de la carne de aves de corral cayeron por noveno mes consecutivo a raíz de la atonía de la demanda mundial de importaciones, pese a los problemas de suministro ante los brotes generalizados de gripe aviar en varios de los grandes países exportadores.
En la Argentina, el rubro carne y derivados, el que menos subió dentro del segmento de alimentos, lo hizo entre 82 y 90 por ciento interanual.