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15 de septiembre de 2024
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La empresa llamada Cannafis pretende marcar la diferencia al instalar la primera planta de producción vegetal certificada para proveer de flores de cannabis al mercado farmacéutico internacional. En breve anunciará que entrará en funcionamiento el próximo 27 de septiembre y a partir de allí planea concretar las primeras exportaciones. Los compradores serán clientes europeos especializados en la elaboración de medicamentos para el consumo humano y veterinario.
En Argentina la industria del cannabis lleva un largo camino recorrido, pero indudablemente le resta aún mucho trecho, sobre todo en lo que a marco regulatorio se refiere. Algo similar sucede con el procesamiento de la planta y su uso en la industria farmacéutica para la elaboración de aceites medicinales, que suele ser su principal destino, además de la industria cosmética.
Sin embargo, una empresa chaqueña llamada Cannafis pretende marcar la diferencia al instalar la primera planta de producción vegetal certificada para proveer de flor de cannabis al mercado farmacéutico internacional.
El laboratorio que comenzó a construirse en la localidad de Colonia Elisa durante 2023 -con una inversión totalmente privada -, anunciará que entrará en funcionamiento el próximo 27 de septiembre y a partir de allí planea concretar las primeras exportaciones de flores de cannabis en el mes de diciembre. Los compradores serán clientes europeos especializados en la elaboración de medicamentos para el consumo humano y veterinario.
[Produccion Cannabiscoloniaelisa]
María Laura Sandoval, consultora externa de asuntos regulatorios de la empresa, explicó a Bichos de Campo que “como productora de materias primas vegetales para la industria farma, Cannafis elaborará un ingrediente activo con drogas netamente vegetales, porque ofrecemos la planta y las flores de cannabis. En la actualidad ya se están preparando tratativas precontractuales con tres jurisdicciones europeas para empezar a comercializar”.
De esta forma, la firma chaqueña se configura como la única empresa – entre sus pares – que tiene el camino hecho para poder exportar, ya que cuenta con las certificaciones GACP y GMP, que constituyen el requisito primordial de un API o IFA por sus siglas en español, que es el ingrediente farmacéutico activo que se extrae de la planta.
La primera de estas certificadoras es la encargada de mostrar a los clientes que el cultivo esté debidamente controlado con los altos estándares de calidad que se requieren para la industria farmacéutica. El segundo papel es una certificación especial que se le otorga al área de secadero de las flores del cultivo, para que los laboratorios la puedan recibir. Sin estos estándares de calidad no se puede aprobar el análisis farmacéutico, según precisó la experta Sandoval.
No obstante, la empresa para garantizar la calidad de sus producciones, mantendrá cierto hermetismo. Por eso únicamente procesará sus variedades genéticas, que mantiene libre de contaminación al cultivarlas dentro de sus instalaciones bajo un sistema de hidroponia.
“Cannafis cuenta con una variedad genética y con esa variedad tiene una decena de cultivos dentro de sus instalaciones, con capacidad de 1.700 metros cuadrados. Contamos con las salas de madres, de crecimiento vegetativo y la sala de secado”, añadió Sandoval.
Sobre las características de las instalaciones para el desarrollo del cultivo, que no es a campo, sino bajo techo, precisó la consultora: “Todo el recorrido se realiza dentro de un área 100% cerrada a una temperatura determinada, que hace que esa flor de cannabis tenga la categoría de droga vegetal e ingrediente farmacéutico, que inicialmente se exportará a España y San Marino”.
Al mismo tiempo María Laura explicó que el establecimiento chaqueño posee una capacidad productiva entre 30 y 40 kilos de cannabis todos los meses, luego de procesarse en cada sala la misma cantidad de plantas.
“En los 1700 metros cuadrados, tenemos 8 salas instaladas. Generalmente lo que sucede en esta industria es que los compradores se aseguran con una muestra y más tarde contratan la cosecha de diferentes salas. Entonces cada dos meses y medio se les entregan esos 40 kilos a los clientes, que serán destinados a la extracción cuyos derivados serán para uso humano medicinal, pero también uso veterinario”, indicó la especialista.
Bichos de Campo